SAD y SAS: ¿Qué significan realmente?
En lo que respecta al SAD (Servicio a los demás) podríamos decir que un soldado en un ejército sirve a los demás porque sirve a su país, a su gente, a su general, a una causa, y que por esta razón, debe matar a otros seres humanos.Por supuesto, desde nuestro punto de vista nosotros podemos estar tan ansiosos de cambiar el mundo, y hacer que todos se unan, etc., que hay alguna frustración en que el entendimiento solamente puede ser ofrecido pero no forzado. Parece que desarrollando un sentido de discernimiento en cuanto a esta dualidad fundamental es la meta base de un estado individualizado 3D. Por esta razón es de necesidad un proceso más bien individual. El inmediato y listo reconocimiento de polaridades es una característica de 4D (cuarta dimensión) y pudiera indirectamente seguir integrando los datos en 3D.
Cualquiera que estudie el tema desde una perspectiva histórica llegaría a la conclusión de que tales acciones de ninguna manera representan la esencia pura del servicio a los demás, sino que componen una mezcla de emociones diferentes tales como el miedo, el deseo, el orgullo, etc. En este caso, este supuesto servicio a los demás no es más que un “servicio a sí mismo en contra de los demás”.
Al usar las expresiones de “servicio a los demás” y de “servicio a uno mismo” podemos identificar claramente la esencia natural de la actividad sin tener que pensar en valores específicos (y subjetivos), como por ejemplo, si una causa es justa o no, o quién puede tener razón o no. Cuando usamos las definiciones de “bien” y “mal” estamos juzgando y accediendo a enfrentar la acción de un ser a la del otro, tal como lo hace el servicio a sí mismo.
Cuando definimos el mundo que nos rodea como “bueno” o “malo” estamos juzgando, ya que lo que es “bueno” es subjetivo y lo que es “malo” es subjetivo también. Podríamos intentar usar los términos “positivo” y “negativo” pero inmediatamente caemos en la vieja dicotomía del bien y del mal, así es que no nos sirve de nada. Las expresiones de “servicio a los demás” y “servicio a sí mismo” ofrecen la posibilidad de distinguir con más claridad todo aquello que forma parte de este mundo.
Algunas personas se quejan de que ambos términos son demasiados simples pero no hay punto de comparación cuando se tiene en cuenta la cantidad de errores que se cometen cuando se aplican etiquetas de “bueno” o “malo”, “positivo” o “negativo”. ¡Si a alguien se le ocurren otras expresiones, es bienvenido a compartirlas con nosotros!
NO podemos hablar de “servicio a los demás” o “servicio a uno mismo” sin hablar del “amor”. Individualmente, podemos decir que amamos a tal o cual persona y que deseamos servirle, pero no podemos evitar preguntarnos: ¿A QUÉ PARTE DE DICHA PERSONA queremos servir? ¿A la parte más elevada que busca el crecimiento y la UNION con ‘dios’ o a la parte inferior que busca la supervivencia y la satisfacción carnal?.
Cuando ayudamos a una persona que comete los mismos errores una y otra vez estamos interfiriendo en el aprendizaje de sus lecciones. ¿A quién, entonces, estamos sirviendo? Probablemente a nosotros mismos, porque de esta forma nos sentimos “bien” al ser tan “abnegados”, “pacientes” y “altruistas”, a pesar de que podemos ver claramente que la otra persona es incapaz de progresar, no importa cuánto nos esforcemos en brindarle todas las posibilidades. Negarle nuestra ayuda puede ser muy difícil, ya que “nos duele” verla sufrir.
Sin embargo, puede que eso sea precisamente lo que esa persona necesita para progresar, que la dejemos sufrir hasta que ya no pueda más y decida buscar la salida por sus propios medios, desarrollando así su propio potencial y acumulando fuerza y poder que le servirán para crecer.
Uno podría preguntarse: ¿Pero acaso no estamos juzgando si la persona pide desde el alma o desde la carne? Y si es así, ¿no corremos el riesgo de equivocarnos? (1)
Podemos comprender las diferencias entre SAD Y SAD es prioritario "abrir nuestra mente". Pero podemos avanzar con hacer preguntas que nos permitan saber ¿Cuál es la Frecuencia de Orientación que estás eligiendo?. Como ejemplo:
- ¿Nos han solicitado o preguntado algo?
- ¿Es nuestra acción una forma que permite la libre expresión o supone control y manipulación sobre los demás?
- ¿Nuestras acciones están basadas en la expectativa de lograr u obtener algo a cambio?
- ¿Nuestras acciones se contradictorias o incoherentes con nuestros principios de vida?
- ¿Las accciones a elegir aportan a todos por igual o sólo a mi mismo?
Fuentes de Referencias:
(1) Laura Knight Jadczyk. SAD y SAS: ¿Qué significan realmente?.